escritores en la cárcel

Un día, Lía me preguntó por la educación en cárceles. Todavía le debo una clase, materiales sobre le tema. No terminará el año sin que le dediquemos tiempo y trabajo. Por ahora, comparto esta nota que salió en le diario La Nación y que puede servir para empezar a hablar.


Concurso literario

Cuentos para la libertad, escritos desde la cárcel

Ocho presos ganaron premios de la Fundación Liberarte

Miércoles 19 de setiembre de 2007


“La lapicera te va a salvar”, le dijo un día un preso a Carlos Alberto Segal Villagra en el penal en el que ambos estaban detenidos. “Un poeta”, lo recuerda ahora Villagra al hacer referencia al autor de aquella frase, poco después de haber recibido el primer premio del concurso “Cuentos para la libertad”, que organizó la Fundación Liberarte, y antes de volver a la Unidad 26 Lisandro Olmos, de La Plata.

“El libro de Pablo Neruda yace abandonado como un simple objeto sobre el duro cemento de la celda.” Así comienza el cuento Retoños míos. Historia de la vida real, que Villagra escribió para sus hijos, para su familia, y que “nació” hace muchos años en la prisión de máxima seguridad del Sur como un poema. “Lo reformulé para este premio y acá está. Estoy emocionado”, cuenta.

Con interrupciones, Villagra, de 60 años, hace 30 años que está preso por robos reiterados. Su relato habla de pensamientos y situaciones vividas en Olmos: estado de inseguridad, voces impersonales, las encomiendas enviadas por su madre, la adaptación, el silencio, sus pensamientos, sensaciones.

“Realmente es bueno el cuento”, le dijo a Villagra un entusiasmado Dalmiro Sáenz, miembro del jurado, al tiempo que se estrechaban en un abrazo. ¿Qué le gustaría hacer cuando salga en libertad?, preguntó LA NACION al escritor premiado: “Seguir escribiendo”, respondió el hombre que la escritura lo hace olvidarse del lugar en el que está al cerrar los ojos y empezar a viajar imaginariamente.

"El arte es siempre una salida y muchos de ellos, si aprovechan la iniciativa, pueden convertirse en buenos escritores. Para mí ya no son presos, son escritores", expresó a LA NACION el escritor y también miembro del jurado del premio José Luis Mangieri.

Este año, la librería Liberarte decidió realizar como parte de los festejos por su 20 años un concurso de cuentos que tuviera como eje temático la idea de libertad. Recibieron 79 relatos, de los cuales 27 fueron de personas privadas de la libertad en unidades de las provincias de Buenos Aires y Córdoba.

Casi como una coincidencia del destino, los tres primeros premios y las cinco menciones especiales fueron para personas que se encuentran hoy privadas de la libertad.

Para todo público

El concurso era abierto para todo aquel que quisiera participar, por lo cual llamó la atención de los propios organizadores la proporción de trabajos recibidos de personas presas.

"El jurado no sabía a quienes pertenecían los cuentos. Es notable la profundidad sentimental de los cuentos premiados, su calidad", comentó a LA NACION Luis Schenone, presidente de la Fundación Liberarte. El certamen contó con el auspicio de la Cámara de Diputados de la provincia de Buenos Aires.

El primer premio fue de 2000 pesos. En tanto, el segundo, de 1000 pesos, se le otorgó a Pedro Toledo Zapata Cervera por su relato ¿Dónde está el amor? Se trata de la historia de un sauce que de tanto ver bailar a las alondras se enamoró de una de ellas.

"Siempre me gustó escribir, pero es la primera vez que tiene repercusión. Además me gusta leer y que te lean", comentó el joven de 32 años a LA NACION, que hace siete meses que está detenido en la unidad 44 Batán-Mar del Plata, por tentativa de robo, y que a mediados de octubre saldrá en libertad condicional.

La entrega de premios se llevó a cabo en el teatro de la librería Liberarte, espacio en el que se dieron cita los premiados y sus familiares.

Afuera, sobre la avenida Corrientes, había vehículos del servicio penitenciario que trasladaron a los premiados. También estaban los custodios que iban y venían.

Adentro, en la librería, los premiados daban entrevistas a los medios y posaban para las fotos e imágenes que demandaba el evento. Las miradas de los custodios también los seguían.

El tercer premio, de 500 pesos, fue para el cuento El final , de Porfiria Martínez Agüero, también de 32 años. "Estudiando y leyendo uno aprende y se puede defender en la vida adentro y afuera", comentó a LA NACION. La joven hace dos años y tres meses que está detenida en la Unidad 8 Los Hornos de La Plata y fue por iniciativa de su profesora de literatura (está haciendo el secundario) que envió el relato al concurso.

"Celebrar un concurso de literatura y pensar que los premiados están presos es creer en el valor de la vida", enfatizó el escritor y jurado del premio Vicente Zito Lema durante el acto. Y agregó: "Cuando alguien escribe, hace arte, está gozando uno de los momentos de mayor libertad a la que puede acceder el ser humano".

Zito Lema agradeció, asimismo, a los jueces que permitieron a los premiados estar presentes en el acto, al tiempo que rechazó la actitud de los magistrados que no le permitieron a Fernando Esteche, líder de Quebracho, preso y en huelga de hambre, ir a recibir la mención que le otorgó el jurado por un cuento.

Los relatos estarán próximamente en www.fundacionliberarte.org.ar y antes de fin de año se reunirán en un libro todos los cuentos que participaron del concurso.

Dice al final Retoños míos. Historia de la vida real, que leyó durante la entrega de los premios la locutora Betty Elizalde: "No olvides que la causa de tu presente es tu pasado, así como la causa de tu futuro será tu presente".

Siguió un silencio profundo que parecía traspasar la piel de todos los presentes. Luego, aplausos

Por Laura Casanovas
De la Redacción de LA NACION


Obras y autores con mención

  • Las cinco menciones fueron para los cuentos: De la tumba, el tumbero y del amor del Jacarandá , de Juan Carlos García Diell, alojado en la Unidad 10 de Melchor Romero, en La Plata; Espejos de libertad , de Vilma Gabriel Parra, que está en la unidad 33 Los Hornos; el cuento Proculo , cuyo autor es Maximiliano Adrián Mansilla, que se encuentra en la unidad 24 de Florencio Varela; El cuadro misterioso , de Cynthia Evers, que está en la Unidad 21 Campana; y el relato El fantasma , de Padulo García Alexis, que está en la Unidad 18 Gorina, en La Plata.

2 comentarios:

Dilaca dijo...

Hace un tiempo, las administradoras de Maestr@as sin Fronteras (Premio Mate.ar 2005, y terna del Mate.ar 2006) proponían trabajar con presos vía Internet...
Suelo engancharme en estas experiencias, pero esa vez no lo hice por motivos personales que debía resolver.
Pero cada uno de quiénes lo hicieron, sentían que eran partícipes de una dimensión desconocida. Se sorprendían precisamente de cuánto valor humano acumulado que reflotaba con sólo dársele la oportunidad y el canal por donde encauzarlo.
Seguramente, en un ámbito tan poco propicio para la vida como son las cárceles, la dimensión de la libertad cobra una talla de envergadura. Quién que no la tenga no la ansía? Que lo pudieran expresar a través de la palabra y el arte de ella misma, no sólo es el fruto de ese sueño por alcanzarla sino de quiénes les mostraron el cómo hacerlo posible. La esperanza, el deseo de un regreso, el animarse a concursar, habla de que aún se preserva un grado de autoestima.Es a és luz que se mantiene encendida a la que debiéramos apuntar.
La sociedad nuestra, nosotros, debiéramos estar atentos a estos signos para cimentar el respeto y la seguridad.
¡Cuánto hace la educación en cualquier ámbito, y cuánto se hace para no permitirle ocupar , como valor fundamental, el privilegiado
lugar que antes tuvo!

Lía dijo...

Exponerse a la vista de todos desde el "encierro", dar la voz a aquellos que parecen enmudecer como castigo.
Las palabras que trascienden los muros, las que son propuestas desde aquí, las que son dichas desde allá.

Escritura que integra espacios sin dividir.
¿Sentimos propia o ajena la palabra cuando se escucha del otro lado?, ¿Existe el otro lado?